Recordarás


Distante al monte de los limbos
más allá de las piernas y las auras
sobre elevadas orillas del naufragio
 recordarás

héroe de oprimidos, de tallos
y de mitos
aterrado frente a la augural precisión
de lo enunciado.

Del sentido


Como polvorienta luz que da la lluvia
de nosotros, ése es el saber del agua
el agua arrojando voz ahí
y el alma, foránea en territorio de la sombra
la calma que en las manos se emociona
mereciendo el corazón de la madera.

florescencia


en medio de figuras y de aliento se impulsa a los indicios del abismo y asola con el mito del invierno su mordisco de aroma provocando

Bajo vuelo




-egoísta levedad que me amordaza
sujetándome a lo alto de la copa
y desde ahí los blancos y los grises
se transforman en sombras de la noche-


Traicionero vuelo que confunde
un espejo de tristezas y de besos
espejo donde veo mi reflejo
mereciéndose oscuro como un santo

desciendo levemente de este vuelo
aglutinando las alas en manojos
de cielo, fresco, luz de tiempo
terminando en lo profundo del reproche.

HmTTn


El cuerpo eminente existe afuera de nosotros 
si lo unimos se bautiza en forma válida 
y la avería se mantiene 
lo eminente de nosotros es astucia 
y a veces la reserva de la lengua.

sonido de línea enmudecida


¿cuál es, valiente, tu descuido?
el modo en desafuero, el que lacera, el que se escoge
¿cuál es, susurro, tu imprudencia?
el rasgo que circula, 
el que une y te otorga

HmTTn




Quiero inundarme en una perspectiva pintada
vagar por su neblina de témpera
acoplarme en sus luces de moneda
encumbrar un río de pasional lecho
acariciando el aliento de quienes lo miran

ubicarme en un extremo
y ser un apenado personaje de pintura
estático, minúsculo, único, impar.

Rezos


Rezos de los indios solos,
en la secreta polvareda.


Al cielo impávido,
ofrendas de animales y frutos
entre alcoholes palpitantes.



Un círculo, plumas ásperas,
estiércol y sangre.



Y el furor de las voces
que agrietan la lluvia.

Prácticas


La luz pesada de madrugada,
la claraboya de todos los días
que menos se parece a cada día,
reencuentros franqueados accidentalmente más viejos.
Me aceleran desayunos mixtos,
en las calles árboles de arcilla,
gente enlatada, rostros que cala
el aire cercante de las urbes
un pardal es aún un misericordioso delator
y la noche está apartada
para ocultar la sombra de mi cuerpo.
Transito entre edificaciones declinadas,
veo el destino empaparme heridas

me domina el recuerdo
y me apasiono al olvido,

pero hoy me sale el sol igual que ayer
y acosamos
y alargamos los fines.

Ciertas cosas para facilitarme



El sincero precinto de las hojas, la filosofía
ensartada en miradas y pociones
esparcen el marfil carácter de rezo
como el deleite en hebras del compasivo inconcluso
en la comedia del retrato
para combinar, desde la rigurosa etapa de las cruces
toda vacilación de persuasión.